miércoles, 7 de marzo de 2018

EL CÓLERA EN TIEMPOS DEL AMOR



Pregunta: ¿Este fue un buen año para usted?
Respuesta: ¿Comparado con cuál?
Año 2011… un año que se está terminando… está llegando a la recta final y yo le bajo la barrera. “¡Pará, cacho… por acá no pasás! Te recuerdo que en lo que va de 2011 las cifras por violencia doméstica muestran un preocupante incremento…” Lo dicen los especialistas.
Hagamos catarsis. Ayer vi una foto que me dejó pensativo. En la imagen se veía una escultura que se encuentra colocada en la entrada de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York y se trata de un revólver cuyo caño está hecho un nudo, haciendo alusión a la No Violencia. Justamente, hoy, domingo 2 de octubre es el Día de la No Violencia y me parece tan comercial y carente de espíritu como el Día de La Solidaridad. Si en el Día de la Solidaridad, las personas se ayudan mutuamente, en el Día de la No Violencia, las personas no se hacen daño. Mientras hacen de cuenta que ven la tele, están mirando de reojo el reloj. “Ah, ese segundero que no se mueve… cuánto más falta para que sean las doce de la noche así puedo salir a acuchillar a alguien”.
Es como la Semana de Mayo, el 9 de Julio o la temporada de un Mundial de Fútbol: es el único momento en que los argentinos queremos demostrar que somos argentinos. El resto del año, somos alguna otra cosa.
Cómo podemos, al mismo tiempo, hablar de no violencia e invertir dinero en el boxeo, un deporte rústico o una excusa para moler a palos a otro para ganar plata.
Pregunta: “Che, ¿cómo te ganás la vida?”
Respuesta: “Le pego a los demás”.
Cómo podemos hablar de no violencia cuando nuestra sangre española considera deportistas a los toreros. Es irónico, incluso, que la sede de la ONU esté en un país al que le gusta meterse a hacer bardo en el patio del vecino, agitando a uno y otro a pelearse y luego, de algún modo, se sienten parte o tocados y se meten a la pelea.
Pregunta: “Hey, Estados Unidos, ¿qué tenés que ver vos con esto?”
Respuesta del Tío Sam: “No, no, che… te metiste con mi ahijado”.
¿Será que la violencia es la mejor de todas las publicidades jamás inventadas?
Si yo soy chiquito y comienzo a reflejarme en todo lo que veo a mi alrededor para formarme como persona, la violencia sería una de las fuentes de educación. Si yo veo que mis padres se insultan todo el día y se faltan el respeto, será que ese es el trato entre la gente y luego se sorprenden que le diga a otra persona una mala palabra. Si yo veo que mis hermanos se viven golpeando, creeré que así es como se tratan los amigos y algún día le dejaré el ojo morado a alguien. Y si noto que mis padres se acuerdan que tienen un hijo sólo cuando tengo una amonestación o una mala nota y van a amenazar a mis profes o a golpearlos, me daré cuenta que los adultos son, en verdad, unos pobres diablos que han perdido algo importante: la esencia de ser personas civilizadas.
Nunca falta aquel que hecha la culpa a la influencia de las películas y a la música. Querido mío, lo que está mal no es la música o las películas, sino la solidez de tu cordura.
Este es el Día de la No Violencia, que apela buscar en el rincón más recóndito de sus corazones el perdón, la paciencia, la hermandad, el diálogo y… Uy, aguántenme, que soy el que sigue en la fila…
“Buen día, señor ¿en qué lo pued…?”
“¡Será buen día para usted! ¿Por qué me vino de más en la factura este mes? ¡Ya es la segunda vez que me hacen esto! ¡Siempre lo mismo con ustedes! ¡Esto no puede ser! ¡Les voy a hacer un juicio!”
Perdón lectores, ¿en qué estaba?




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