Quieren que jugábamos al crucigrama. Yo
les leo las preguntas y ustedes responden. Y juntos analizamos las palabras
porque sino es medio aburrido.
Bueno, arrancamos. Horizontal, cuatro letras.
“Conjunto de sentimientos que ligan una persona a otra, a las cosas o ideas”.
A-M-O-R. Amor.
Que palabra tan simple, tan rápida de
mencionar, tan escurridiza para decir y tan breve para escribir. Hoy,
cualquiera ama a cualquiera. Explicar el amor para los adultos es como pedirle
a un estudiante que nos hable sobre la Primera Junta. Ninguno sabe
explicarlo y nadie está obligado a saberlo, pero que deberíamos, deberíamos.
Los humanos somos una raza medio rara.
Nos dan la vida en un acto de amor y nos arrebatan la vida de diversas maneras,
como un acto de amor también, pero pocos lo creen hoy en día. Me doy cuenta que
se tiene un concepto erróneo del amor. Lo veo en la gente que se halaga, que se
desea suerte, la odiosa palmada en la espalda, en las personas que se dan
abrazos oxidados y lloran de nostalgia. Esa palabrita que antes nos era difícil
de decir a nuestras novias, ahora se las dicen a sus propias sombras.
He visto el amor en otras expresiones que
me parecen más plausibles. En las acciones, por ejemplo y no en las palabras. Prefiero
el amor después de la tormenta y no mientras transcurre, es decir el amor como
amor y no como lástima. De nada sirve que nos abracemos y nos digamos cuánto
nos amamos, si a la espalda del otro, hacemos ganchito con los dedos para que
todo le salga como el tuje. El falso amor es un arma muy antigua y la envidia
es su mejor aliada.
Vertical, cuatro letras.
“Sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión
hacia una persona, cosa, o fenómeno”. O-D-I-O. Odio.
El odio, el némesis del amor, pero su
amigo fiel. Es como dos abogados amigos que estudiaron juntos y se juntan a
tomar cerveza, pero si en un caso están en distintos bandos, se dan como caja.
Es como el Yin y el Yang, el mal que por bien no venga, Dios y Lucifer, Alfa y
Omega, dualidades que son necesarias para vivir. Es otra palabrita tan fácil de
decir que ya cansó, perdió su efecto, es un cliché. Cuando mi mamá no me dejaba
ir a un recital de heavy a mis nueve años de edad, le dije que la odiaba y no
surtió ningún efecto… no me dejó ir. Cuando ocurre una discusión y es inminente
que alguien suelte la palabra odio, el otro se adelanta y dice: “No digas nada
de lo que después te puedas arrepentir”. En cuanto a mí, las palabras son
hirientes, pero el odio, muchachos, es vacío, es una palabra apta para todo
público. Es la ironía de ese ateo que se sorprende por algo y dice: “¡Dios
mío!” Es más una palabra que se dice por costumbre que por sentimiento.
Horizontal, siete letras. “Relación afectiva entre dos o más personas”. A-M-I-S-T-A-D.
Amistad.
Otra palabra trillada de nuestro
lenguaje. La mejor explicación de lo que es un amigo, la dijo Atahualpa Yupanqui: “Un amigo es uno mismo en otro cuero”. La amistad es algo
difícil de conservar. Yo la comparo con los restos fósiles: fue algo que
existió y estuvo latente, con el tiempo se erosiona y quedan restos, pero nunca
algo completo. Existen el “amigo” y el “amigo-posta”. El “amigo” es aquel que al
aconsejarte, te dice lo que querés escuchar y queda bárbaro con vos y el “amigo-posta”
es el que te dice la realidad y normalmente te duele, lo mandás a freír churros
y es muy posible que la amistad no vuelva a ser la misma de antes. La amistad
verdadera es como la metamorfosis de la oruga: dar la vida por algo hermoso. Es
decir que es preferible sacrificar la amistad por defender a su amigo… el
tiempo dirá si lo perdona.
Terminamos. No fue tan
difícil, ¿no? Lo difícil, quizá, será desviar la vista de esta nota al
finalizarla y pensar si alguno pisó el palito. Amor, odio, amistad… todo está
sujeto por nuestras convicciones. Si sonreíste, entonces, serás mi amigo. Si
frunciste las comisuras de la boca en reprobación, mejor suerte en el próximo
crucigrama…
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