miércoles, 7 de marzo de 2018

¿QUIEREN QUE JUGÁBAMOS A HACER UN CRUCIGRAMA?



Quieren que jugábamos al crucigrama. Yo les leo las preguntas y ustedes responden. Y juntos analizamos las palabras porque sino es medio aburrido.
Bueno, arrancamos. Horizontal, cuatro letras. “Conjunto de sentimientos que ligan una persona a otra, a las cosas o ideas”. A-M-O-R. Amor.
Que palabra tan simple, tan rápida de mencionar, tan escurridiza para decir y tan breve para escribir. Hoy, cualquiera ama a cualquiera. Explicar el amor para los adultos es como pedirle a un estudiante que nos hable sobre la Primera Junta. Ninguno sabe explicarlo y nadie está obligado a saberlo, pero que deberíamos, deberíamos.
Los humanos somos una raza medio rara. Nos dan la vida en un acto de amor y nos arrebatan la vida de diversas maneras, como un acto de amor también, pero pocos lo creen hoy en día. Me doy cuenta que se tiene un concepto erróneo del amor. Lo veo en la gente que se halaga, que se desea suerte, la odiosa palmada en la espalda, en las personas que se dan abrazos oxidados y lloran de nostalgia. Esa palabrita que antes nos era difícil de decir a nuestras novias, ahora se las dicen a sus propias sombras.
He visto el amor en otras expresiones que me parecen más plausibles. En las acciones, por ejemplo y no en las palabras. Prefiero el amor después de la tormenta y no mientras transcurre, es decir el amor como amor y no como lástima. De nada sirve que nos abracemos y nos digamos cuánto nos amamos, si a la espalda del otro, hacemos ganchito con los dedos para que todo le salga como el tuje. El falso amor es un arma muy antigua y la envidia es su mejor aliada.
Vertical, cuatro letras. “Sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno”. O-D-I-O. Odio.
El odio, el némesis del amor, pero su amigo fiel. Es como dos abogados amigos que estudiaron juntos y se juntan a tomar cerveza, pero si en un caso están en distintos bandos, se dan como caja. Es como el Yin y el Yang, el mal que por bien no venga, Dios y Lucifer, Alfa y Omega, dualidades que son necesarias para vivir. Es otra palabrita tan fácil de decir que ya cansó, perdió su efecto, es un cliché. Cuando mi mamá no me dejaba ir a un recital de heavy a mis nueve años de edad, le dije que la odiaba y no surtió ningún efecto… no me dejó ir. Cuando ocurre una discusión y es inminente que alguien suelte la palabra odio, el otro se adelanta y dice: “No digas nada de lo que después te puedas arrepentir”. En cuanto a mí, las palabras son hirientes, pero el odio, muchachos, es vacío, es una palabra apta para todo público. Es la ironía de ese ateo que se sorprende por algo y dice: “¡Dios mío!” Es más una palabra que se dice por costumbre que por sentimiento.
Horizontal, siete letras. “Relación afectiva entre dos o más personas”. A-M-I-S-T-A-D. Amistad.
Otra palabra trillada de nuestro lenguaje. La mejor explicación de lo que es un amigo, la dijo Atahualpa Yupanqui: “Un amigo es uno mismo en otro cuero”. La amistad es algo difícil de conservar. Yo la comparo con los restos fósiles: fue algo que existió y estuvo latente, con el tiempo se erosiona y quedan restos, pero nunca algo completo. Existen el “amigo” y el “amigo-posta”. El “amigo” es aquel que al aconsejarte, te dice lo que querés escuchar y queda bárbaro con vos y el “amigo-posta” es el que te dice la realidad y normalmente te duele, lo mandás a freír churros y es muy posible que la amistad no vuelva a ser la misma de antes. La amistad verdadera es como la metamorfosis de la oruga: dar la vida por algo hermoso. Es decir que es preferible sacrificar la amistad por defender a su amigo… el tiempo dirá si lo perdona.
Terminamos. No fue tan difícil, ¿no? Lo difícil, quizá, será desviar la vista de esta nota al finalizarla y pensar si alguno pisó el palito. Amor, odio, amistad… todo está sujeto por nuestras convicciones. Si sonreíste, entonces, serás mi amigo. Si frunciste las comisuras de la boca en reprobación, mejor suerte en el próximo crucigrama…



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